Pese a que se anunciaba cambios importantes en lo que a sonido se refiere, el fin de semana pasado, los mismos estuvieron lejos de las espectativas del público y agrupaciones. La ausencia de los sonidos móviles que acompañaban en su paso a los participanes, no pudieron ser remplazadas por un deficiente equipo de sonido estático, que produce confuciones en los bailarines que intentan brindarse en el corsodromo.
De acuerdo a lo que trascendió, la Comisión de Corso abonaría unos $15.000 por noche al responsable del sonido, lo que a entender de muchos, es excesivo para lo que se brinda. "Faltan bocinas, lo que imposibilita a los animadores hacer bien su trabajo, los equipos no son los adecuados para la envergadura de este espectáculo, el audio es saturado y producen una mezcla excesiva de voces y música. Los desibeles son terribles!" se quejaba un conocido sonidista del medio.
Pero no terminan aquí las penurias del frustrante inicio del Corso 2014. Por primera vez en 10 años, la agrupación Imperium Miyeda, la más ganadora de la última década, no participó de las jornadas. Tampoco lo hicieron Lluvia de estrellas ni Candela. Esta ultima hizo su aparición el domingo para hacer el cierre del desfile.
Otra queja del público, es la prolongada espera entre agrupaciones, que llega a ser de hasta 20 minutos, lo que torna aburrido el desfile.
Gran tarea le espera a la Comisión Organizadora que anhelamos logre subsanar los errores por el bien del centenario Corso de Cerrillos
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